CONFERENCIA: FRANCESCO TONUCCI, FRATO, Y LA CIUDAD DE LOS NIÑOS



Profesor mediador, vehículo que sirve al niño para afianzar sus conocimientos, completarlos, partiendo de lo ya sabido. Escuela que escucha y no escupe datos, sino que observa, guía, orienta al niño hacia la conquista de nuevos aprendizajes.  Enseñanzas que tengan sentido para el niño. Desafiarle. Respetar su inteligencia potencial sin pensar que los niños no tengan ya sus propias vivencias y formas de pensar; esto requiere sensibilidad... Aliviar frustraciones centrándonos en lo que los niños saben hacer. Hacer partícipe al niño en la toma de decisiones para que se sienta parte de la escuela, libre y con capacidad crítica. ¿Cuando estaremos preparados para asumir este papel?. Preparados. Listos. ¡YA!

Aprovecho la próxima visita de Francesco Tonucci a Madrid para volver a publicar uno de los primeros artículos de este blog, que comencé en 2009. Y añado un programa para que quien quiera aproveche la oportunidad -única- de escuchar y conocer a este fantástico personaje el próximo 14 de Noviembre. 

¡No os lo perdáis!


14 de Noviembre. Tonucci en Torrelodones.Conferencia: “La ciudad de los niños”

tonucci
Jueves 14 de noviembre 2013Teatro Bulevar, 18:00 h.Tonucci: Pensador, psicopedagogo y dibujante italiano.Conferencia: “La ciudad de los niños”Debate en torno a la autonomía infantil en el espacio urbano. Fracesco Tonucci es un gran especialista internacional en Movilidad Infantil y su desarrollo en la ciudad.

Entrada libre hasta completar aforo.
 Torrelodones ha apostado por hacer la ciudad a la medida de la infancia. Las mejoras en infraestructura peatonal y ciclista, la creación de espacios urbanos libres de tráfico o el proyecto de camino escolar, son algunas de las señales que indican el nuevo rumbo emprendido.
La filosofía de Tonucci ha estado presente en este cambio que supone tomar en serio a la infancia y solicitar su ayuda para esta transformación, bien a través de su participación activa, bien como parámetro de calidad de vida urbana; si Torrelodones funciona para niñas y niños, funciona bien para toda la ciudadanía.

En este contexto, invitar a Francesco Tonucci es una gran oportunidad para contrastar el camino realizado e impulsar con más fuerza, argumentos y ganas lo que queda por recorrer. La jornada que se pretende desarrollar abarcaría todos los ámbitos en los que él es experto y en los que puede realizar interesantes aportaciones: la ciudad, la escuela y la familia. Planteada como un diálogo entre la ciudad de Torrelodones y Tonucci, se propone una jornada donde se creen espacios que permitan una comunicación fluída y pausada entre este pensador y distintos responsables y colectivos ciudadanos.
Contenido y estructura del encuentro:
Mañana:
10.00 – 11.30 “La escuela”
Foro de participación entre alumnos y alumnas de varios colegios de primaria de Torrelodones, profesorado y el equipo de gobierno. 20-30 alumnos de 4º de primaria y 10 profesores.
Los niños y niñas de Torrelodones presentan su pueblo a Tonucci.
12.00 – 13.30 “La ciudad”
Encuentro con el equipo político y técnico del Ayuntamiento de Torrelodones, teniendo como punto de partida las cuestiones planteadas por la infancia en la sesión anterior.
18.00 – 20.00 “La familia”
Charla-coloquio abierta a toda la ciudadanía en el Teatro Bulevar. El tema central es la autonomía infantil en el espacio urbano.



Francesco Tonucci (Fano, 1941), también conocido por el seudónimo "Frato", es un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano. Es autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en el ecosistema urbano y de artículos en revistas italianas y extranjeras.
Realizó estudios de pedagogía en la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán. Con 28 años recibió una distinción en ese campo y empezó a satirizar la realidad de la escuela a través del nombre de “Frato”, nombre que surge al fusionar las primeras sílabas de su nombre.
Trabajó como maestro y, en 1966, se convirtió en investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de Investigación, del que más tarde presidió el Departamento de Psicopedagogía, que lleva adelante el programa de educación ambiental. El objetivo de este programa es crear una base de datos "para y por los niños". Sus investigaciones se centran en el desarrollo cognitivo de los niños, su pensamiento, su comportamiento y la relación entre la cognición de los niños y la metodología educacional. En 1991 llevó a cabo en su pueblo natal el proyecto de Ciudad de los Niños, consistía en hacer una ciudad cuyo punto de referencia sean los niños. El proyecto tuvo mucho éxito y se extendió a distintos puntos del mundo.
la escuela tiene que reconocer las competencias de los niños, ya que las desarrollan desde el momento mismo en que nacen. La educación debe fomentar esos conocimientos, incentivar la curiosidad e inquietudes para ayudar al niño a crecer sin perder su esencia que lo hace tan particular y que es su habilidad para jugar y no cansarse.
Francesco Tonucci se graduó en Pedagogía en 1963, en la Universidad Católica de Milán. Cuando tenía 28 años recibió su primer reconocimiento en este campo y empezó a criticar la realidad de la escuela. Dirige sus opiniones al modelo de enseñanza actual, con el que la escuela enseña a los niños en sus primeros años, “es un modelo que parte de que el niño no sabe nada y que ve el proceso de desarrollo infantil de manera progresiva, es decir, que va de menos a más”. Para esta concepción del modelo “lo importante está por venir”, “hoy se cree que el aprendizaje formal se da a partir de los ocho años”. “Actualmente la escuela concibe el aprendizaje de un modo progresivo, gradual, que deja al niño con muy poco margen para expresarse y crear. El niño no vale por lo que es sino por lo que será. La educación es entendida como una inversión sobre el futuro”, y según Tonucci no debe ser así.
Es fundamental e imprescindible un cambio de modelo pedagógico,
"la escuela tiene que reconocer las competencias de los niños, ya que las desarrollan desde el momento mismo en que nacen. La educación debe fomentar esos conocimientos, incentivar la curiosidad e inquietudes para ayudar al niño a crecer sin perder su esencia que lo hace tan particular y que es su habilidad para jugar y no cansarse".
Tonucci piensa que hay que resaltar el papel del maestro y considerarlo una pieza esencial en la educación de los niños, ya que algunos niños pasan más tiempo con los maestros que con sus propios padres a lo largo del día, deberíamos potenciar más la relación entre la familia y la escuela, la escuela tiene que ayudar a la familia en aspectos en los que la familia no sepa cómo actuar. También considera necesario un cambio de modelo: del educativo actual a otro que tenga en cuenta las competencias del niño, hay que escucharlo y conseguir que compartan sus conocimientos con los demás compañeros, hay que prepararlo para la vida en sociedad.
El pedagogo dice que “la escuela tiene que estar ajustada a sus necesidades, en la cual se haga más en menos tiempo. No puede ser que tras seis horas de clase los niños lleguen a casa con deberes. Los niños tienen que hacer cosas en casa, pero cosas que sepan hacer ellos solos. Si todos los niños hacen las mismas actividades y ven la misma tele luego en la escuela no tienen nada que contar a sus compañeros”.

Por último, el especialista mantiene que “la escuela debe ser un lugar bello, donde se pueda respirar cultura, haya música, arte, sea agradable y cómoda. Debe preocuparse por ofrecer a todo el mundo aquellas bases, aquellas motivaciones, aquellos modelos culturales imprescindibles para construirse en patrimonio de conocimiento, habilidades y competencias”.
"... los maestros deberían aprovechar los momentos de libertad y juego de los chicos para observarlos, ver los aspectos de su carácter y las actitudes que normalmente en clase no se revelan. (...) no para usarlas contra ellos, sino para conocerlos más".

"Los chicos tienen que llegar a la escuela con los bolsillos llenos, no vacíos, y sacar sus conocimientos para trabajarlos en el aula. (...) El trabajo empieza dando la palabra a los niños. Primero se mueve el niño; después el maestro. El maestro tiene que conocer lo que saben los niños antes de actuar, porque si se procede antes, seguro hace daño. (...) Si fueran escuchados, los niños podrían llevar a la escuela su propio pensamiento. Lo normal es que un niño que tiene una inteligencia práctica, hábil con las manos y que puede desarmar un motor, para la escuela no vale nada. Vale sólo si sabe elaborar lógicamente datos. Esa clasificación no tiene sentido. Esa actitud selectiva, de que hay pocos lenguajes importantes y de que los demás no valen nada, conducen al niño al fracaso".

"La escuela utiliza la desconfianza y eso produce una evaluación negativa basada en lo que el chico no sabe hacer. Apoyándose sobre lo que sí sabe hacer bien, la escuela debería motivarlo a recuperar y a ganar lo que no tiene como una conquista. (...) La escuela transmisiva supone que el niño no sabe y va a la escuela a aprender, mientras el maestro enseña a quien no sabe. Esa es una idea infantil, que piensa al niño como un vaso vacío, mientras el maestro vierte conocimientos que llenan al niño gradualmente. (...) El niño sabe y es competente y va a la escuela para desarrollar su saber".

"La escuela debe ser capaz de leer la realidad concreta que rodea al niño. La geografía es la de su barrio; la historia, la de su familia".

"El nacimiento de las democracias occidentales y el desarrollo industrial exigen de la escuela una formación elemental, una alfabetización masiva. Lo exigen porque, si la democracia significa gestión popular del poder, cada ciudadano podrá participar en ella en la medida en que se disponga de instrumentos para informarse, expresarse, discutir".

"La escuela no cambia, continúa siendo de complemento, permanece la selección aunque desplazada hacia los niveles superiores, los institutos, las universidades y el trabajo; sube el porcentaje de analfabetismo funcional, es decir, el número de los que nunca utilizan los instrumentos culturales más elementales propuestos por la escuela: la lectura y la escritura".

"El problema es más profundo y continúa latente bajo las diversas formas estructurales y metodológicas: la escuela de todos no se ha convertido en la escuela para todos".
"Ahora que todo el mundo va a la escuela son muchísimos menos los que pueden encontrar en su familia las necesaria bases-modelos culturales".

"Una escuela que quiera ser realmente una escuela de todos y para todos, debe preocuparse por ofrecer a todo el mundo aquellas bases, aquellas motivaciones, aquellos modelos culturales imprescindibles para construirse un patrimonio de conocimientos, de habilidades, de competencias".

"Paradójicamente, podríamos afirmar que tienen éxito en la escuela los que no la necesitan. La escuela, que debería contribuir a introducir la igualdad entre los ciudadanos, por el contrario alimenta las diferencias".

"En la institución escolar no ha cambiado nada porque se ha dejado completamente al margen de este proceso de transformación a los profesores".

"Nuestra escuela hoy vive prácticamente en la "ilegalidad", en la incapacidad de aplicar sus propias normativas y con el temor de que aparezcan otras nuevas, aún más avanzadas".

"Una reforma real de la escuela debería nacer de los que trabajan en ella, como exigencia de nuevos niveles profesionales, para la construcción de los cuales deberían utilizarse todas las energías actualmente disponibles".

"Un proyecto que mire hacia el futuro, hacia el siglo XXI, debería examinar tres aspectos: a) El papel de la escuela y su relación con la realidad del exterior; b) El método escolar: relación enseñanza-aprendizaje; c) El docente: su función y su formación".

"La escuela asume el papel de entidad educativa por antonomasia, amplía su duración y multiplica objetivos y actuaciones. Las familias piden a la escuela que dé más y que compense las deficiencias familiares y sociales. La escuela se convierte es un lugar de sociabilización, de recuperación, de terapia..."

"El profesor no es el saber sino el mediador del saber".

"La escuela disfruta de la diversidad. Los puntos de vista distintos constituyen el motor indispensable de la acción educativa: ponen de manifiesto contrastes o contradicciones, solicitan comparaciones progresivas y profundizaciones posteriores".
Info de Wikipedia.


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